Las estrellas explotaron
siglos atrás,
y sus siderales rastros
llegaron hasta mis ojos
fragmentando la esperanza
y el dolor, antes de nacer.
Paso los días del invierno
alimentándome de una palabra o dos
entro y salgo del silencio
orbitando sobre esos recuerdos,
que soy yo, demasiadas veces yo.
Y el sol está brillando
en todas las plazas de la ciudad
tibio, luminoso, acaricia a los niños
que están inventando
ese que van a ser y desconocer.
Tantos asombros para un solo mundo,
tantas flores que nunca nadie verá
llegarán ésta primavera, como siempre,
Y supongo que camino
tomado de tu mano
porque es más sencillo así.
Los libros se están acumulando
ellos sabrán esperarme
en la cálida sombra
pero la poesía brilla
cegadora, persistente.
Y esto sucede justo ahora.
que las palabras se detienen
en esos pocos lugares
que no quisiera visitar
antes de la lluvia.