Dios

un niño
engendró
el infinito
y olvidó
el universo

jugando
con el pétalo
de una rosa
hasta enceguecer

Su inválido asombro
amo el rojo
y el perfume

A los hombres
nos dejó
la disparatada diversidad
la profusión de luces y sombras
y la confusión de mirar

A los hombres
nos dejó
sus deslumbrantes pesadillas.