un niño
engendró
el infinito
y olvidó
el universo
jugando
con el pétalo
de una rosa
hasta enceguecer
Su inválido asombro
amo el rojo
y el perfume
A los hombres
nos dejó
la disparatada diversidad
la profusión de luces y sombras
y la confusión de mirar
A los hombres
nos dejó
sus deslumbrantes pesadillas.