Busca y se vacía

Esto, lo que sucede, no termina acá. Lejos y arriba baten alas, pero tus ojos encandilados se han tornado superfluos ante la infinita arena, moradas quisiste encontrar entre generaciones de ahogados, multitud de prófugos. Incrustándote en lo extraño, no sos una gema, sino una adicción reabsorbida por todos sus flujos, una mascarada también sangra si las noches son lo suficientemente frías. Y sigues empeñando deshoras arrullada por la cantinela del maniquí libidinal, Y no sos vos, ni dejas de serlo, un códice se aburre repitiéndote, hace siglos. Entre mártires que comen mugre hay nombres imposibles. Seguís vaciándote de males. Ese mar que prometía perpetuidad a tu osamenta, está rompiéndose.