endiablada mañana
me encontraste boca arriba
con la lluvia y la hiel
desparramándose a mi alrededor
casi un cross
sin la tranquilidad del golpe
pero con todas sus consecuencias
frió como el mármol
dejaste enmudecer mi rostro
secaste las pocas palabras que estaba
hilando en mi sueño
armando esa humanidad cotidiana
que me invento, ese esqueleto
al que voy adosando postales
a lo largo del día
pero hoy todo comenzó ya muerto
y lo que resta del día
esa procesión de incesantes instantes
no puede abrumarme, es cierto
pero me atraviesa como niebla
fina, helada, lejana, extraña niebla
En este centro vacío
estaré recorriendo
las malditas deshoras
en que me trabó, ingrávido
tu golpe certero
hoy no me llames
mi nombre me suena extraño.